Una institución catalana de caridad, jamás había recibido ni una sola donación por parte de uno de los abogados más ricos de la colectividad catalana de la localidad.
Un día, el director de la institución decidió ir personalmente a hablar
con el abogado, acerca de este asunto.
– Pues, verá…, quería hacerle notar, si me lo permite y con todo el respeto que su persona me merece, que, según nuestros datos, nos consta que usted gana más de tres millones de euros al año y nunca nos ha donado nada, ni un solo céntimo, para nuestras obras de caridad. ¿Querría usted, mediante suscripción, contribuir con cierta cantidad a nuestras obras?
El abogado, que había escuchado muy atento, quedó pensativo por unos instantes y luego respondió:
– ¿Consta en sus datos que mi madre está muy enferma y que sus gastos médicos están muy por encima de su pensión anual de jubilación?
– Ah, no, por supuesto que no -murmuró el director.
¿Qué estoy separado y a mi mujer le paso un dineral?
– No.
-¿Y les consta que mi hermano pequeño es ciego y no encuentra trabajo? El director ni abrió la boca.
-¿Dicen algo sus datos -prosiguió el abogado- acerca de que Jordi, el marido de mi hermana, murió hace poco en un terrible accidente y la dejó sin dinero y con cinco hijos pequeños? Click here to read more.. »